6. Biodiversidad
La biodiversidad es un concepto que alude a la cantidad, la variedad y la variabilidad de organismos vivos que se encuentran en un entorno. Incluye a todo tipo de seres vivos, desde las bacterias más simples a los organismos más complejos como son los animales y las plantas.
Los bosques sirven de refugio y alimento para cerca del 80% de las especies de seres vivos, siendo uno de los ecosistemas que mayor biodiversidad albergan, de ahí la importancia de su conservación. Además, los bosques que presentan mayores niveles de biodiversidad desarrollan más funciones, todas ellas con gran utilidad a nivel global. La biodiversidad (el conjunto de ecosistemas creados por seres vivos) regulan el clima, mantienen la fertilidad de los suelos, purifican el agua, polinizan los cultivos, absorben ingentes cantidades de carbono y son el origen de muchas materias primas que después usa la industria y que constituyen la base de nuestro bienestar.
Según la ONU la pérdida de la biodiversidad se ha acelerado de forma sensible en los últimos cuarenta años, provocando que haya un millón de especies en peligro de extinción. Puesto que los organismos vivos interactúan en ecosistemas dinámicos, la desaparición de una especie tiene un impacto de gran alcance en el resto generando desequilibrios en las cadenas tróficas. Esto provoca la aparición de plagas que generan la destrucción de áreas vegetales muy extensas, y el aumento del riesgo de transmisión de enfermedades provenientes de animales que infectan a humanos (enfermedades zoonóticas).
La Estrategia de Biodiversidad de la UE, publicada en mayo de 2020, reconoce el papel multifuncional de los bosques y de los ecosistemas forestales para el logro de las políticas y objetivos de conservación de la naturaleza y biodiversidad de la UE, para la mitigación y adaptación climática, así como para la salud y el bienestar de todos los ciudadanos, y para el desarrollo socioeconómico a largo plazo de Europa. Los bosques constituyen un elemento esencial para la protección del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de los servicios ecosistémicos y el desarrollo social y económico, con especial incidencia en las zonas rurales.